En una gran parte de agencias de publicidad de España existe un fenómeno llamado la "mitosis publicitaria".
La mitosis propiamente dicha es un procedimiento en el que las células se multiplican dando lugar a nuevos individuos.
El caso de la "mitosis publicitaria" se da cuando se te junta el trabajo diario con una campaña en la que llevas meses trabajando, más un concurso público que lleva un mes publicado pero se le mete mano el día antes de la entrega y además, se une a todo esto un cliente para decirte que aunque lleva dos semanas queriéndote llamar, necesita para mañana el campañón del año.
En un primer momento entras en pánico, luego te centras y te organizas, piensas "Dios proveerá..." y te pones con todo. Sabes que es imposible sacarlo pero te pones a ello.
En ese momento tu cuerpo experimenta la conocida "mitosis publicitaria", que hace que te multipliques y sin saber ni cómo, sacas lo que había que hacer y cumples el objetivo. Ahí te sientes un poco un Ogilvy de barrio, todo un crack.
Sales de la agencia y te das cuenta que es más de noche que cuando entraste por la mañana, que un día más no has visto la luz del sol y que vives en un permanente estado de "mitosis publicitaria" haciendo en un día lo que es para dos, pero no porque seas un fenómeno de la naturaleza sino porque echas más horas que un reloj.
Se dice que hay quien ha conseguido salir de este bucle pero ha entrado en otro que es mucho peor, la "ósmosis inversa publicitaria", pero esa es otra historia que espero no tener que experimentar nunca en mis Cannes.
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