Por desgracia, cada vez que paso por el Hospital Virgen del Rocío de Sevilla acabo bastante decepcionado con el comportamiento de muchas personas que lo frecuentan. Ni los enfermos, ni los familiares, ni los sanitarios, ni los administrativos, ni el personal de mantenimiento entienden que los derechos de uno terminan donde empiezan los de los demás, pero si empezamos a ver situaciones particulares necesitaríamos mil párrafos para comentarlos. Centrémonos en un gran problema de educación, no formativa, sino de sentido común, que es el tema del tabaco.
Mira que hay carteles que lo prohíben pero allí se fuma dentro de todo el recinto hospitalario. Y cuando digo dentro no quiero decir en los jardines o en la puerta, que hay más colillas que en la puerta de un bar de copas, yo a lo que me refiero es a los servicios, a las escaleras cercanas a los quirófanos, a las habitaciones (con el consentimiento del enfermero gracioso del turno de noche que al ser descubierto le dice en clave al fumador que deje de fumar que lo han pillado) e incluso el olor a tabaco que sale de algunos despachos a última hora del día, como si ya no se notara el pestazo. Una delicia sobre todo para las personas mayores que llegan medio asfixiados, eso les tiene que venir muy bien.
El personal sanitario obviamente no se mete en eso, no es su competencia, ¿para qué? bastante tienen ya con tener que estar haciendo el trabajo de cuatro gracias a los recortes. La policía no va a ir a ponerle las pilas a nadie tampoco, bastante tienen ya con la fauna y flora que hay por las calles, y los de seguridad para la mierda que les pagan no se van arriesgar a crear un problema que les cueste un disgusto o algo mucho peor como estar de baja y cobrar la mitad.
Mejor hacer la vista gorda en conjunto y aquí no ha pasado nada.
¿Cuál es la solución entonces? Me extraña que un lugar como ese no tenga detectores de humo ya que, en caso de tenerlos, deberían estar funcionando sin parar y dándole un enjuagado a cada uno que fuma donde no debe.
Eso o un señor que apareciese con el humo y comenzase a dar clases particulares de educación cívica y para la convivencia. Y dos buenas hostias sin consagrar.
Y volviendo al título, ¿por qué en la puerta del Hospital Virgen del Rocío se fuma más que en la de una discoteca? porque a la ciudadanía en general, a pesar de tener en su mano todos los medios, a día de hoy, le falta educación. Esa es la triste realidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario