5 abr 2017

Aumentar la productividad del día a día

Hay numerosas situaciones cotidianas que utilizamos para cosas poco productivas pero que nos reconfortan como jugar en el móvil, leer una vez más la pegatina con las tarifas del bus, ver programas malos de televisión, revisar cada rincón de la misma sala de espera del médico a la que hemos acudido desde pequeños, etc.


Si sumamos todo ese tiempo dedicado al año a cosas que no nos aportarán nada en el futuro nos saldrían varias horas que nunca volverán, y esto, no depende de nadie, solamente de nosotros. Y verdad es que a veces cuesta identificar estos momentos que se van hasta que no estamos en mitad de ellos, pero el truco está en tener preparadas pequeñas tareas y planificar cuál de ellas se va a hacer cuando surja uno de estos intervalos en función de su duración estimada. De este modo es muy probable que los convertiremos en productivos.

Qué momentos  se pueden  optimizar

Hay varios ejemplos de estos momentos que son bastante recurrentes por su frecuencia de aparición. El más típico es el camino en bus hacia la universidad o trabajo y la vuelta posterior. Al menos en mi ciudad cada trayecto se sitúa como mínimo en torno a media hora, un tiempo ideal para hacer cosas que nos pueden sumar en positivo. Este tipo de cosas pueden ser leer un libro, si tienes un blog buscar o crear contenidos, programar actualizaciones en redes sociales, hacer las llamadas pendientes, leer/contestar/eliminar correos, y otras muchas más cosas que se acumulan, pudiéndoles dar salida durante estos trayectos.

Otros momentos similares pueden ser también mientras esperas en la consulta del médico (que siempre va con retraso), mientras te toca turno en la peluquería, entre clase y clase, durante un viaje largo en autobús, tren o avión, cuando quien esperas se retrasa, etc. Multitud de momentos que si se consiguen ocupar en algo productivo con el tiempo irán dando frutos.

Apps para optimizar  tu tiempo

Hay muchas aplicaciones en las que podemos apuntar tareas y luego ir gestionándolas en función de su duración, importancia o proximidad en el tiempo. A día de hoy he usado Facile Things en mi antiguo iPod Touch y Trello sincronizada en PC y Android. Ambas tienen sus cosas buenas pero al final siempre vuelvo a lo de toda la vida: papelitos en un corcho organizado por categorías. Así siempre que entro y salgo de la habitación lo veo. La pega es que cuando estoy en la calle tengo que hacer memoria para saber qué ponía el corcho.

Descansar también es aprovechar

Tampoco se trata de no descansar y estar siempre activos, no es eso, también cada uno debe tener una parcela de tiempo cada día solamente para perderlo. A veces es una buena terapia para desconectar del estrés del ajetreo diario. Pero no hay que relajarse y entrar en la dinámica de perder todo el tiempo, lo que comento tan solo consistiría en aprovechar momentos vacíos, de los que se van sin más, y hacer algo de lo que con el tiempo nos enorgulleceremos. Por ejemplo un libro escrito en los ratos libres como el que comenté en su día. Que no es que sea un superventas, pero se ha autocosteado en gran parte y me ha demostrado, una vez más, que cuando se quiere, se puede.

Por cierto, desde hace un par de meses estoy haciendo un envío al mes en el que hago un resumen de la producción bloguera que saco a la luz. Aquí puedes ver la correspondiente a febrero y aquí la de marzo. Si quieres recibir las siguientes puedes suscribirte en el cuadro de la derecha.

¡Un saludo!

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