1 oct 2021

Teorema del Palito en la Rueda


Si hay algo que me quite las ganas de hacer cosas (que es difícil) es sin duda el tipo de persona que pone trabas al avance. Siempre he dicho que si con una acción no se va a sumar, mejor no intervenir y no restar.

Existen una serie de personas que parece que aún sabiendo que su intervención va a suponer para otras un punto negativo o un freno al avance, aún así, sin obtener tampoco ningún beneficio a cambio, intervienen para entorpecer. Es como que disfrutan con el mal ajeno o planteando una nueva dificultad innecesaria al resto de la gente.

Esta situación el argot popular la define de muchas maneras: joder la marrana, dar la brasa/por saco/por culo, tocar los cojones, etc.

Basándome en la experiencia y en vivencias pasadas, con este artículo quiero plantear una forma más elegante y educada de nombrar este hecho. Se trata del Teorema del Palito en la Rueda.

Historia del Teorema del Palito en la Rueda


Vaya por delante que con este artículo no quiero apropiarme de la creación de esta expresión, ni mucho menos. El origen posiblemente data del día siguiente al que inventaron la rueda, cuando algún contemporáneo en vez de pensar cómo mejorar la rueda ya pensaba en cómo poner trabas a la evolución de la rueda. 

En qué consiste el Teorema


El nombre está basado en el mundo de las bicicletas como símil, siendo bastante claro con lo que se quiere expresar. Nos imaginamos los típicos niños de barrio, uno en bicicleta y otro no. El que no, en vez de dedicarse a sus cosas y hacer algo productivo se pasa la tarde metiéndole un palito en los radios de la bicicleta al otro, de modo que, sin ningún motivo más que molestar, le frena para que no pueda avanzar. 

En la vida real esto se traduce en que hay personas que les gusta poner impedimentos al avance de otras personas. Incluso al avance propio, poniéndose autotrabas que carecen de sentido. 

Qué hacer cuando te ponen el palito en la rueda


Si te autopones el palito en la rueda no hay problema, ya que si es lo que deseas, allá tú. Pero cuando quien sufre el palito es otra persona distinta a quien lo pone, en estas situaciones el dueño de la bicicleta tiene varias opciones:

1.- Negociar con quien pone el palito para que deje de hacerlo y que el palista acceda a ello al darse cuenta de que su forma de proceder no está bien.

2.- Negociar con quien pone el palito para que deje de hacerlo, pero puede que el dueño del palito no tenga ganas de razonar y siga molestando.

3.- Coger la bicicleta y pedalear lejos de quien tiene el palito para poder rodar en paz. Quien porta el palito quizás aprenda que los actos tienen consecuencias y se busque un propósito productivo en la vida, o quizás no aprenda nada y busque una nueva bicicleta a la que ponerle el palito.

Si has leído esto y eres una de esas personas que les gusta meter el palito en la rueda ajena, te animo a que vivas y dejes vivir. 

Si por el contrario, eres del tipo de persona que sufre el palito en la rueda, plantéate cuánto quieres avanzar en un tiempo determinado y si compensa hacerlo invirtiendo más fuerzas de las necesarias.