Al comprar un coche hay un tema que por lo general se escapa de prestarle atención: los neumáticos.
Empezamos eligiendo llantas en el configurador de la página web del fabricante del coche optando en el caso de tener fondos para ello por las de aleación más vistosas o si estamos menos pudientes eligiendo las de acero con los tapacubos que mejor queden.
¿Y los neumáticos? ¿nos fijamos qué diferencia habrá entre el que monta cada tipo de llanta? ¿Qué implica una elección u otra a corto, medio y largo plazo?
En mi caso concreto, hace 6 años le configuré a mi señor padre un Citroën C4 Picasso (que ha salido malísimo por cierto, dando fallos desde el principio) optando por la opción más económica, la de las llantas de acero con neumáticos 215/55/16". La sorpresa vino cuando llegó el momento de cambiarlos, este tipo de neumáticos es un 40% más caro que las medidas inmediatamente inferior y superior en la escala. La única explicación es que era una medida menos estándar.
Ahora, es el momento de renovar el coche y el modelo elegido es un Ford C-Max y las opciones son la de una llanta de acero con neumáticos 205/55/16" (marca Michelín sale por 90€/unidad aproximadamente) o una llanta de aleación con unos 215/55/16" (160€/unidad el Michelín). Es decir, cuando llegue el momento de cambiar los 4 la diferencia será de 280€ entre unos neumáticos y otros. Esto hace plantearse la siguiente pregunta:
¿Qué diferencia hay entre los neumáticos 205/55/16" y los 215/55/16"?
Tras buscar en internet no encontraba una respuesta razonada así que escribí a Michelín para consultarlo, recibiendo una llamada con la respuesta en menos de una hora.
Quien me atendió me dijo los pros y contras de cada tipo de neumático. El de 215/55/16" al ser de mayor tamaño reduce el desgaste ya que reparte más la superficie de contacto y por tanto el peso que soporta cada centímetro cuadrado del neumático. También al aumentar la superficie aumenta el consumo, aproximadamente un 2%.
En cuanto a la adherencia, el de 215/55/16" es mejor en seco y con poca lluvia. Sin embargo, el de 205/55/16" con mucha lluvia se adhiere mejor.
En este caso el secreto de la elección está en la llanta según me comentaba el empleado de Michelín. La del de 205/55/16" es de acero y la del de 215/55/16" es de aleación. Esta última, la de aleación, disipa más el calor por lo que el neumático se calienta menos (esto reduce el desgaste) y las pastillas de freno aumentan también su duración al trabajar a menor temperatura. Además, la de aleación se deforma menos por lo que aumenta la estabilidad del vehículo.
¿Conclusión? Si consideramos un uso de 20.000 km/año y cambiamos neumáticos a los 60.000 km, el incremento del consumo en un 2% supondrá unos 30 €/año, es decir, 90€ en el periodo, que sumado a los 280€ más que nos costarán los de 215/55/16" dan unos 370€ más de coste cada 3 años al elegir este tipo de neumático.
¿Merece la pena? Si tenemos en cuenta que aumenta la seguridad tanto por el neumático como por la llanta, que se reduce el consumo de pastillas de freno y que al sufrir menos desgaste la rueda podemos alargar el tiempo de sustitución, yo creo que pagar esos 370€ de más cada 3 años compensan de sobra el ahorro inmediato de poner las otras más económicas. Principalmente porque la seguridad... no tiene precio.
4 comentarios:
Gracias por la información, me fue de utilidad.
Gracias infinitas
Muchas gracias, pero creo que el titulo está ligeramente mal, ya que tu decisión se ha visto más influenciada por el tema de llantas.
Igualmente muy interesante y desde mi experiencia un 215 es algo mejor. Pero el abanico de marcas y modelos, especialmente deportivos, es muy reducida comparado con un 205.
Gracias por la aclaración, me sirve de mucho para las dudas que ahora mismo estoy teniendo
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