Y como dije al principio, voy a hablar un poco del TIEMPO.
Desde hace una buena temporada tengo la sensación de que "no me da tiempo".
Lo primero para solucionarlo fue plantearme optimizar más el día de modo que pudiese hacer más cosas. Hacer listas de cosas pendientes, levantarme más temprano, solapar tareas para reducir el tiempo dedicado a cada una, etc.
Al principio funcionaba, pero luego empecé a darme cuenta que "no me daba tiempo".
Lo siguiente fue prescindir de tareas, cosas innecesarias (hobbys) que no me daban un beneficio económico y que por tanto en ese momento de la vida era mejor dejarlas aparcadas.
Aún así, seguía sin "darme tiempo".
Tras un periodo de reflexión (el inicio del confinamiento) en el que tuve que dedicar el tiempo a otros menesteres, me di cuenta que el haber desconectado de las cosas que "no me daban tiempo" me había servido para comenzar a discriminar con más criterio entre ellas.
Mirando detenidamente esas tareas, resulta que las que había dejado aparcadas en numerosas ocasiones eran las que más "hygge" me daban. Las otras, como se suele decir, "solamente" pagaban las facturas (que no es poco).
¿A qué conclusiones he llegado?
Son varias las conclusiones. La primera y más importante: no solo por anotar en una lista cosas para hacer... hay que hacerlas.
Se pueden quedar ahí anotadas y darles curso poco a poco. Si en nuestra lista está la construcción de un castillo como hobby, no hay que obsesionarse con acabar el castillo lo antes posible.
Un día compramos un terreno. Otro compramos materiales. Otro día ponemos 10 ladrillos. Otro ponemos solo 7.
Esto puede originar que nunca acabemos el castillo, pero hace que el castillo no se convierta en nuestra condena. Y siempre estará la posibilidad de acabarlo. De no ser así, el proceso de construcción seguro que habrá merecido la pena.
La segunda, si unas cosas nos dan "hygge" y otras pagan las facturas... ¿por qué no hacer que las cosas que nos dan "hygge" paguen las facturas?
Esto es muy bohemio y soñador, pero últimamente me estoy dando cuenta que cada vez me gusta más trabajar en las cosas que comenzaron como una afición. Además, están empezando a pagar algunas facturas. Quizás este sea el camino que debo seguir.
La tercera y última conclusión: hay que establecer prioridades. Si hay que cumplir un plazo, el resto de cosas sin plazo pueden esperar. Es mejor centrarse en lo urgente y darle curso para poder estar al 100% centrado en lo importante, ya que, por experiencia, si lo importante se lleva un 50% de atención, al final requiere el doble de tiempo. |
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