24 ene 2009

Por qué suena el mar

Llegó el sábado y con él una relativa calma. Relativa por estar en casa calentito y no disfrutar de este viento, y por otro lado, porque en Madrid hay mucho que hacer, por ejemplo, esta noche la doble celebración cumpleañera en Piso Pacífico, que sin duda marcará una época.

El otro día comenté por aquí que el primer trabajo importante en la agencia ya estaba listo, pero claro, faltaba el visto bueno del anunciante, el cual ha decidido quitarle creatividad al asunto y dejarlo como el típico anuncio de... (no lo digo porque creo que la puedo liar jeje). Se supone que sale el sábado de la semana que viene en prensa, cuando salga ya pondré por aquí el boceto original y lo que sale, y a escuchar opiniones.

Bueno, para cerrar la actualización de hoy, os remito a mi otro blog de adopción de animales para echar una manita a un perrillo sin hogar, y ya para finalizar del todo, voy a poner el resultado de algo que no se por qué me puse a buscar, pero el caso es que lo hice. Yo pienso que hay dos tipos de personas: las que escuchan el mar en una caracola y las que lo escuchan y se plantean por qué suena.

Yo soy del segundo tipo. Busqué y busqué y esta es la mejor respuesta que he encontrado:

Pues porque le ponemos mucha imaginación. Es algo que se dice para embromar o encandilar a los niños pero, por supuesto, no es el mar el que suena ahí dentro. Entonces… ¿qué es lo que se escucha?

Al igual que existe la luz blanca como mezcla de todos los colores, también existe el llamado ruido blanco como mezcla de todos los sonidos. Es el ruido ambiente que, aunque a veces no lo identifiquemos por estar compuesto por ondas de sonido de baja intensidad que normalmente no son registradas por nuestro oído, se encuentra a nuesto alrededor. El sonido se propaga por medio de ondas y estas rebotan en los objetos (reflexión), asimismo varía su velocidad y su ángulo de incidencia al cambiar de medio de propagación (refracción). En el interior de un objeto semicerrado —como por ejemplo un vaso— las ondas del sonido ambiente se reflejan y refejan y unas se suman a otras en un fenómeno conocido como resonancia. También se produce una reberveración del sonido, es decir, que las ondas reflejadas llegan al oyente antes de la extinción de la onda directa. Todo ello amplifica el ruido blanco que nos recuerda el ruido blanco que produce el mar. Y si ya produce este efecto un simple vaso (con imaginación, eso sí) mucho más rico en matices resulta el producido por una caracola, con sus múltiples recovecos y su especial morfología. De todas maneras este sonido es de una intensidad tan baja que es necesario acercar la caracola a la oreja para percibirlo. Nótese también que al acercar y alejar la caracola, las frecuencia sonoras varían pues también lo hacen los ángulos de incidencia de las ondas. También ocurre si cambiamos de caracola. Nota sabionda: Se produce reverberación cuando las ondas reflejadas llegan al oyente antes de la extinción de la onda directa, es decir, en un tiempo menor que el de persistencia acústica del sonido. Este fenómeno es de suma importancia para las audiciones, ya que controlándolo adecuadamente se contribuye a mejorar las condiciones acústicas de los locales tales como teatros y salas de concierto.
Un saludo!

1 comentario:

Anónimo dijo...

q way lo de la caracola!yo la verdad que me lo había preguntado pero nunca me había dado por buscar el por qué. Ahora lo sé y me siento como cuando me dijeron que los reyes magos no existían XD.